“La Era del Hielo” como etapa del poblamiento de lo que hoy es América
Sabías que “La Era del Hielo”, aquella película de Disney – Pixar se desarrolla en un tiempo histórico significativo para la historia de nuestra América. Seguro recuerdas a los personajes representados en el Mamut, el Tigre Diente de Sable, el Perezoso y al niño que protegieron.
Ese tiempo histórico es conocido en geografía e historia como la gran glaciación o en otras palabras “La Era del Hielo”. Esta impulsó la migración de grupos de animales y de seres humano en busca de supervivencia.
Las investigaciones refieren a que América fue poblada por personas que provenía de Asía. En el Museo de Ciencias Naturales de Caracas se encuentra uno de los pocos fosiles de un ejemlar de Tigre Diente de Sable.
¿Cómo llegaron los primeros pobladores a América?
El estrecho de Bering, es una región separada por el mar que lleva el mismo nombre. Este es el lugar menos distante que separa Asía de América, en otras palabras el más angosto entre el océano pacífico y los dos continentes como se puede ver en el mapa.
La glaciación formó un puente de hielo en el mar o estrecho de Bering, favoreciendo el poblamiento de América. Los primeros pobladores de lo que hoy es América procedían de una región de Mongolia.
Los aborígenes son los primeros pobladores de un lugar, en el caso de América se le conoce más como indios. Un terminó equivocado que para diferenciar de los habitantes de la india, estos últimos de les llama hindúes.
Algunos exploradores españoles que conquistaron América en los siglos XV y XVI, llamaron a los habitantes de este continente indios porque pensaron haber llegado a la India.
Estudios arqueológicos permiten afirmar que existe una relación entre el fenómeno de la glaciación y el poblamiento americano. Este fenómenos se produjo hace miles de años, mientras que poblar el continente duró otros miles de años.
El estudio científico del poblamiento americano, involucra a varias disciplinas científicas como la geología, la geografía, la arqueología, la historia, la antropología, la genética entre otras.
La cultura autóctona – originaria de lo que hoy en América
Nuestros aborígenes se extendieron por todo el continente, desarrollando grandes civilizaciones como la Azteca, la Maya y la Inca. Estas civilizaciones tenían su propio orden social, organización política, estructura económica, costumbres, tradiciones, saberes y tecnología.
Las civilizaciones desarrollaron la agricultura, apoyada con sistemas de riego, complementada con la cría de animales. Fuera de las civilizaciones, los aborígenes se dedicaban a la caza, la pesca y la recolección con un estilo de vida nómada.
Los pueblos nómadas a diferencia de los sedentarios, se trasladan de un lugar hacia otros.
Las creencias mágicas y/o religiosas de los aborígenes eran politeístas, es decir, creían en varios dioses. Practicaban sus propios rituales, ceremonias religiosas.
La herbolaria era la base de su medicina popular que sigue siendo estudiada por la ciencia para encontrar curas a enfermedades como el cáncer.
Nuestros pueblos originarios, realizaron notables aportes a la ciencia, como a la astronomía, arquitectura, la matemática, la geometría, la medicina entre otros. Tenía sus propios calendarios, construyeron pirámides, pero muchos de sus aportes fueron destruidos por la sangrienta conquista del territorio.
Genocidio, catástrofe, caos y calamidad
Eduardo Galeano, en su libro “La Venas Abierta de América Latina”, hace referencia al genocidio, la catástrofe, caos y calamidad que sufrieron nuestros pueblos aborígenes. El karma de la conquista y colonización marcó a las generaciones futuras.
La conquista trajo consigo muerte, destrucción, pillaje, robo, saqueo, crueldad, maltrato, violencia y barbarie. El desprecio y la maldad se disfrazaron de cristiandad.
En el nombre de Dios y de su hijo Jesucristo se apropiaron de unas tierras sin importar quienes se encontraban. Millones de aborígenes murieron en manos de la crueldad, miles de niñas y mujeres fueron violadas.
Las Bulas (Documentos firmados por los Papas) le concedieron derechos de propiedad a las tierras exploradas y descubiertas a los reinos de España y Portugal. El denominado representante de Dios en la tierra, nunca imaginó que esos documentos sentenciarían al 90 por cientos de los aborígenes por el camino de la muerte.
El Papa Alejandro VI, responsable histórico del reparto del mundo entre las dos potencias que optaban a ello: Castilla (España) y Portugal
Se estima que en los primeros años de iniciada la conquista y colonización de América murieron más de 80 millones de aborígenes. Ni la suma de muertes de todas las guerras del siglo XX (I y II Guerra Mundial, Corea, Vietnam, Golfo Pérsico) superó a los conquistadores.
Quinientos años transcurrieron cuando el Papa Juan Pablo II pidió perdón en nombre de la Iglesia Católica por las atrocidades cometidas durante la conquista y colonización.
En América, se produjo uno de los peores genocidios de la historia. Un genocidio es la exterminación sistemática de un grupo cultural a manos de otro grupo cultural.
Como consecuencia, lo europeos trajeron esclavos africanos para implantar una nueva sociedad que la historia de Venezuela, la conoce como la Colonia.
Una cultura ancestral que se gestó durante miles de años, prácticamente desapareció en pocas décadas de una forma cruel, malintencionada, inhumana, feroz y brutal.
La historia tergiversada
Nos enseñaron agradecer a la Corona Española por el idioma que hablamos, por la religión que nos hizo creer en un solo Dios, por el vestido que nos evita la vergüenza de la desnudez. Esa era la historia conveniente, la que interesaba contar y ocultaba la verdad de los hechos.
A decir verdad, los españoles de hoy no la tienen nada de culpa de los que hicieron sus antepasados hace más de 500 años. Tampoco fue culpa del Papa Juan Pablo II, y de los que hoy somos católicos y/o cristianos.
Triste por esos pueblos aborígenes. Triste por las enseñanzas de Jesús y de nuestro padre creador que en las sagradas escrituras profesó el amor al prójimo, a no robar, a no matar.
A nuestros aborígenes le robaron sus tierras, su derecho a existir, vivir libremente. Todo para alimentar la vanidad, el ego, el poder, la codicia de reyes, príncipes, conquistadores y jerarcas eclesiásticos.
Muchas cosas horribles se justificaron en el nombre de Dios, por eso las palabras de reconocimiento y perdón del Papa Juan Pablo II. La historia también sirvió de reflexión, son más las voces de quienes abogan para que esa cruel historia no se repita.
Nuestra identidad, autoestima y arraigo cultural
Hoy en día, algunos se atreven a ridiculizar a otros llamándolos “indios” de forma despectiva y humillante con desprecio. Quizás ignoran entre tantas cosas, lo mucho que tenemos que aprender de nuestros aborígenes.
Nuestros pueblos aborígenes a diferencia del hombre civilizado, cuidan y protegen a la naturaleza.
No podemos desconocer que somos un pueblo mestizo por el que corre sangre aborigen, europea y africana.
Tampoco podemos excluir de nuestra historia las raíces europeas por odio y resentimientos, las africanas por racismo y la aborigen por ignorancia.
Hoy somos un solo pueblo, que a pesar de un pasado traumático, hemos podido escribir una historia digna de admirar.
Nuestros antepasados nacidos en la tierra de Simón Bolívar, fueron a otras tierras a darles la libertad a otros pueblos a cambio de nada.
Más de una vez los venezolanos nos hemos levantado como otros pueblos del caos, del desastre y la calamidad. Fue Venezuela la nación que le abrió sus puertas con mucha hospitalidad y generosidad miles de migrantes europeos que perdieron todo durante la II Guerra Mundial.
Venezolanos han hecho mucho por la humanidad, como el Dr. Jacinto Covid, quien desarrolló la cura para enfermedades terribles enfermedades como la lepra.
El Dr. Humberto Fernandez Moran, nacido en Maracaibo estuvo en la NASA siendo el investigador principal del proyeco esacial Apolo, es el inventor del bisturi de diamante y rechazo. En Estados Unidos se le propone ser nominado al Premio Nobel, el cual él rechaza ya que para ser nominado tenia que aceptar también la ciudadanía Norte-Americana, a la cual se niega dado a querer mantener su nacionalidad venezolana.
Por más de 80 años, hemos creído que esta preciosura de país, solo necesitó un cambio de gobernante. Quizás en ese afán se olvidó de lo que verdaderamente necesitamos.
Lo que realmente necesitamos es un cambio de mentalidad. Saber quiénes somos, de dónde venimos, cuáles son nuestras necesidades y prioridades, mayor conciencia, identidad y arraigo.
Erradicar la cultura de la violencia y del maltrato herencia de la conquista y colonización. Una cultura alimentada por la desvalorización y el machismo que representa el no saber vivir.
Debemos valorar lo nuestros, ser auténticos, sin aparentar lo que no somos, amar a nuestro país.
ACTIVIDAD
Desde el 11 de noviembre hasta el 18 de noviembre
Elabore un cuento o relato sobre nuestra cultura aborigen, identidad nacional y/o arraigo cultural de minimo 250 palabras.
2- ¿Cuál es tu reflexión acerca de la lectura?
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