sábado, 9 de noviembre de 2019

Los niños huérfanos de la diáspora venezolana sufren duelo migratorio

Organismos internacionales manejan la cifra de que más de 4,5 millones de venezolanos migraron a otros países.
En los últimos tres (3) años el flujo migratorio se incrementó producto de la crisis humanitarias que se vive en Venezuela.
Según un reportaje periodístico suscrito por la periodistas Elizabeth Ostos, publicado en Infobae, el porcentaje de migrantes venezolanos, se distribuye así: 29,4% en Colombia, 21,7% en Perú, 20,3% en Chile, 10,7% en Ecuador, 6,3% en Argentina, 3,9% en Panamá, 3,3% en Estados Unidos y 3% en Brasil.
De acuerdo a lo señalado por la ONG, Centros Comunitarios de Aprendizaje, en los últimos nueve meses, los padres de aproximadamente 800.000 niños emigraron de Venezuela.
La situación es dramática porque los niños quedaron a cargo de los abuelos, tíos, hermanos adolescentes, vecinos y hasta padrastros o madrastras.
La firma encuestadora Datos, citada por Ostos, señala que “63% de los venezolanos tiene a algún integrante de la familia viviendo en el extranjero”.
Las remesas se han convertido en una tabla de salvación para millones de venezolanos.
Según cálculos de varias entidades privadas, los venezolanos residentes en el exterior envían un promedio anual de entre 5 y 6 mil millones de dólares a su país.
Datos suministrados por Pew Research Center citados por Univisión, refiere que en el año 2017, se registraron unos 421.000 venezolanos residiendo en los Estados Unidos, principalmente en los estados de Florida y Texas, siendo la comunidad latina que más creció entre 2010 y 2017 en el país.
De acuerdo a la investigación realizada por la consultora Pew Research Center, “la población venezolana en los Estados Unidos aumentó un 76%, con mucho, la tasa de crecimiento más rápida entre los grupos de origen hispano”.
Referido estudio, destaca que entre los hispanos, los venezolanos los inmigrantes que tienen la mayor proporción con al menos una licenciatura. De los 421.000 residentes registrados, el 55% tiene título universitario.
En medio de la diáspora venezolana, se ha hecho común observar en las ciudades, pueblo y caseríos de la nación con las mayores reservas de petróleo del mundo, un incremento de niños abandonados, algunos en situación de calle, indigencia y orfandad.
A grosos modo, la migración la componen jóvenes sin hogares constituidos, que en su mayoría son profesionales universitarios; los jefes de hogar que emigraron sin el grupo familiar y las familias que lograron salir de Venezuela con todos sus miembros.
Actualmente, miles de niños tienen algunos años sin compartir físicamente con sus padres, sin recibir su acostumbrado afecto y cariño de papá y/o mamá.
Si bien, muchos no se encuentran en situación de pobreza crítica, sus necesidades dependen de las remesas enviadas por sus progenitores para satisfacer las necesidades de abrigo, alimentación, vestido, educación, salud, entre otras.
Me fui de Venezuela sin mis hijos
Fuente: El Nuevo Diario
La decisión de un padre o una madre venezolana, a diferencia de un joven sin hijo no resultó fácil, porque en el caso de los padres salir de Venezuela sin sus hijos resultaba perder - perder.
La disyuntiva de los padres sostén de hogar, les tocó decidir si cubrían con sus limitaciones las necesidades básicas en Venezuela o emigrar a otras latitudes sacrificando sus relaciones con sus hijos.
Por otra parte, no todos los venezolanos inmigrantes, han corrido con la suerte de conseguir empleo haciendo más dramática su situación.
La organización católica Fe y Alegría, que agrupa colegios en comunidades muy pobres venezolanas, sostiene que, hasta comienzo de este año escolar, más de 8.000 estudiantes vieron migrar a sus padres.
Duelo Migratorio en Niños Venezolanos
Fuente: Pixabay
La ausencia de los padres genera lo que se ha denominado duelo migratorio causante de soledad, ansiedad, tristeza, nostalgia y depresión tanto del migrante como de su grupo familiar, hijos, padres, hermanos, esposas y abuelos.
La emigración, aunque sea voluntaria, es un proceso de cambio y pérdida.
Casi un millón de niños venezolanos vieron partir a sus padres, sin estar preparados para un cambio en su modo de vida, ni sus cuidadores como sus maestros disponen de las herramientas para ayudarlos.
En el caso de los maestros, la realidad es tan descarnada que existen casos de desnutrición de docentes que sobreviven hasta con menos de $5 mensuales.
Recientemente medios digitales titularon lo siguiente: "Muere maestra en Maracaibo por desnutrición". Este fue el caso de la docente Yasmeli Parra, quien si dejó a tres niños huérfanos, comentan sus amigos que Yasmeli tenía la esperanza de que la situación del país mejorara, razón por la cual no decidió emigrar.
Se estima que un 42 por ciento de los docentes desertaron del sistema educativo, algunos migraron a otras latitudes y otros en los que se incluyen maestros con títulos de maestría y doctorado se dedican a actividades productivas distintas a la educación.
Organizaciones no Gubernamentales, buscan abordar el choque emocional inicial, una etapa donde se presentan emociones como tristeza, nostalgia, miedo, rabia, desesperanza y desilusión.
Los grupos de ayuda, hacen énfasis en abordar la confusión que surge en los niños al enfrentar situaciones desconocidas.
El duelo migratorio influye en fracasos escolares y conflictos emocionales, signos de protestas y desavenencias por el abandono indirecto que han vivido estos niños por parte de sus padres.
El dolor del abandono es uno de los aspectos que destaca en muchos casos en los niños huérfanos por el duelo migratorio y que repercuten en el equilibrio de la salud mental tanto de padres e hijos.

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